Antes de comenzar copia estas preguntas en tu cuaderno, de forma que puedas contestarlas según vayas leyendo los contenidos.
¿Qué fue el Antiguo Régimen?
¿Qué monarca fue el más representativo del absolutismo en Europa?
¿Qué revolución llevó a Inglaterra a cambiar la monarquía absoluta por una monarquía parlamentaria?
¿En qué consistía la monarquía parlamentaria?
Se denomina Antiguo Régimen al sistema político, social y económico en el que se estructuraba la mayor parte de Europa durante la Edad Moderna (siglos XV-XVIII). En tres los rasgos más destacados se encontraba el dividirse socialmente en estamentos:
Dos privilegiados que no cotizaban fiscalmente (no pagaban impuestos) compuesto por la nobleza y el clero
El llamado tercer estado. Suponía la mayor parte de la población y era la que mantenía con sus pagos fiscales al Estado. En este estamento se incluían el campesinado (con escasa influencia social) y la burguesía, con poder político en las ciudades, y entre la que había grandes fortunas. Esta última reclamaba cotas de poder acorde a su poder económico.
Pirámide social del Antiguo Régimen. Fuente: Historia en comentarios
Las monarquías absolutas
El absolutismo fue una forma de gobierno en la que el rey tenía todos los resortes del poder, según el pensamiento del momento por designación divina:
Poder legislativo. Podía elaborar y promulgar las leyes
Poder ejecutivo. Ejercía las labores de gobierno del reino
Poder judicial. Tenía potestad para juzgar o delegar que juzgasen en su nombre.
Comparativa entre el sistema político absolutista (izquierda) y el parlamentario que se acabará imponiendo en Europa tras la Revolución Industrial y la Revolución francesa.
Las monarquías parlamentarias
A finales del siglo XVII se estableció en Inglaterra una monarquía parlamentaria que fue precedida por dos revoluciones.
Revolución de 1642. Supuso un enfrentamiento entre el Parlamento y Carlos I que derivó en una guerra civil en la que fue vencido el monarca, tras lo cual fue ejecutado y se estableció una República liderada por Oliver Cromwell.
Revolución de 1688. Tras la restauración de la monarquía absolutista en las figuras dde Carlos II y Jacobo II tiene lugar otra revolución que elevó al trono a un nuevo rey, Guillermo de Orange, con la condición de firmar
la Declaración de Derechos (Bill of Rights), que limitaba su autoridad y establecía los principios de la monarquía parlamentaria. El poder ejecutivo correspondía al Gobierno, que rendía cuentas ante el poder legislativo, en manos del Parlamento. Jueces independientes constituían el poder judicial. Esta división de poderes pasará posteriormente al continente por medio de intelectuales como Montesquieu.
A principios del siglo XVII, un grupo de personas procedentes de Inglaterra se habían asentado en la costa este del actual Estados Unidos. A mediados del siglo XVIII,
se habían organizado en Trece Colonias dependientes de la Corona británica.
Entre los antecedentes de la guerra habría que citar:
● La negativa del rey Jorge III a conceder a las colonias representación en el Parlamento inglés.
● La existencia de una burguesía que veía amenazada su prosperidad por el monopolio comercial que imponía la metrópoli.
● Las ideas ilustradas y liberales de igualdad y libertad.
Desarrollo de la guerra
El Motín del Té (1773) fue el detonante de la ruptura con Gran Bretaña: los colonos se negaron a pagar los impuestos de los productos que importaban y arrojaron al mar el té procedente de la metrópoli:
1775. Estalla la guerra.
4 de julio de 1776. Representantes de las Trece Colonias firmaron en Filadelfia la Declaración de Independencia, en la que se constituían como una república: los Estados Unidos de América.
1783. Firma del Tratado de Versalles, por el que Gran Bretaña reconocía la independencia de las Trece Colonias.
1789. Promulgación de una Constitución en la que se establecía el primer Gobierno, presidido por George Washington, la separación de los poderes del Estado y los derechos y libertades de los ciudadanos.
Entre las consecuencias de la guerra estaría la expansión y surgimiento de una de las mayores naciones de la actualidad, los Estados Unidos de América del Norte.
Fuente: El Orden Mundial
Antecedentes de la Revolución
La grave crisis económica causada por los lujos y excesos de la corte y el gasto derivado de la ayuda a la independencia de las Trece Colonias norteamericanas.
Un ciclo de malas cosechas, que elevaron el precio del trigo y agravaron el hambre de la población.
El injusto sistema de pago de impuestos, que recaía exclusivamente sobre el Tercer Estado.
Los ideales de la Ilustración y la independencia norteamericana.
Los Estados Generales
Mayo de 1789. Luis XVI convocó en Versalles los Estados Generales para aprobar una subida de impuestos con la que solventar la crisis económica:
Los representantes de la nobleza (270) y del clero (291) acudieron dispuestos a impedir la pérdida de sus privilegios.
Los representantes del tercer estado (578) acudieron con los cuadernos de quejas, en los que formulaban peticiones de cada grupo social, y con la pretensión de votar las propuestas mediante un voto por diputado, y no por estamento.
La Asamblea Nacional
El rey se negó a aceptar el voto individual y la nobleza y el clero, a realizar cualquier concesión.
Los representantes del tercer estado se reunieron en la sala del Juego de Pelota, donde se constituyeron en Asamblea Nacional, proclamándose los verdaderos representantes de la nación, y juraron no separarse hasta redactar una Constitución para Francia.
Ante el ataque a la Bastilla por las clases populares y la propagación de la revuelta por el campo, el rey dio por válida la Asamblea.
La monarquía constitucional (1791-1792)
La Asamblea Nacional inició un programa de reformas para acabar con el Antiguo Régimen y convertir a Francia en una monarquía constitucional:
Abolición de los estamentos.
Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
Nacionalización y venta de los bienes del clero.
Redacción de la Primera Constitución francesa (1791) que reconocía la separación de de poderes (poder ejecutivo: el rey; poder legislativo: la Asamblea, elegida por sufragio censitario, pues solo podían votar los varones con un número determinado de bienes; poder judicial: tribunales independientes).
Tras la aprobación de la Constitución, se celebraron elecciones para elegir a los nuevos representantes de la Asamblea Legislativa.
El intento de huida de la familia real, que fue apresada y encarcelada, y el inicio de la guerra con Austria y Prusia, provocó la revuelta de las clases populares y la proclamación de la República en septiembre de 1792.
Mediante sufragio universal masculino, se celebraron elecciones para constituir una Convención Nacional y aunar todos los poderes del Estado: el 35 % de los votos fue para los jacobinos y el 18 % para los girondinos.
En 1793, la Convención juzgó a los reyes, Luis XVI y María Antonieta, que fueron declarados culpables y ejecutados en la guillotina. Las monarquías europeas formaron una coalición para hacer caer al Gobierno francés.
Dentro de la Convención surgieron tensiones entre girondinos y jacobinos. Estos últimos, liderados por el diputado Robespierre y apoyados por los sans-culottes (grupos revolucionarios urbanos), arrestaron a los girondinos e instituyeron el Comité de Salvación Pública, un nuevo Gobierno que impuso una dictadura, conocida como el Terror, durante la que cerca de 50.000 personas fueron ejecutadas.
Los jacobinos promovieron transformaciones políticas y sociales:
Una nueva Constitución (1793) más democrática y el sufragio universal masculino.
La distribución de los bienes incautados a los contrarrevolucionarios.
El control de los precios y salarios.
La educación obligatoria entre 6 y 8 años.
En 1794, los moderados depusieron a Robespierre y a los radicales, y establecieron un Gobierno más conservador que ordenó las siguientes disposiciones:
Redactó una nueva Constitución (1795) que recuperaba el sufragio censitario.
Anuló las políticas jacobinas y persiguió a los revolucionarios radicales.
Robespierre y otros dirigentes jacobinos fueron ejecutados.
Estableció el Directorio, un nuevo sistema político
Composición del Directorio
Poder ejecutivo: integrado por 5 miembros
Poder legislativo: Consejo de los Quinientos y Senado
Con el fin de mantener el orden social, el Directorio recurrió al ejército cada vez con más frecuencia. En 1799, la burguesía conservadora apoyó el golpe de Estado de un joven general, Napoleón Bonaparte. Se instauró entonces el Consulado, un Gobierno en el que el poder ejecutivo recaía en tres cónsules. Finalizó así la Revolución francesa.
En 1799, la burguesía conservadora apoyó el golpe de Estado de un joven general, Napoleón Bonaparte. Se instauró entonces el Consulado, un Gobierno en el que el poder ejecutivo recaía en tres cónsules, si bien el poder ejecutivo del Consulado se concentraba realmente en un único cónsul, Napoleón, quien irá aumentando su poder hasta ser alcanzar el título de cónsul vitalicio. Esta concentración de poder en una persona ponía fin al la Revolución francesa, y ponía los cimientos del Imperio napoleónico.
Napoleón se autoproclamó emperador en 1804. Instauró un gobierno despótico, durante el que consolidó las conquistas de la Revolución.
En el interior, aprobó el Código Civil, que puso fin a las instituciones del Antiguo Régimen: abolición de los privilegios y la servidumbre, igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, protección de la propiedad privada, separación entre la Iglesia y el Estado, matrimonio civil y educación secular.
En el exterior, en 1810 había creado un imperio que lo convirtió en dueño de la mayor parte de Europa.
Portugal, el Reino Unido y Rusia quedaron fuera de su control. No pudo con el poderío naval inglés y la gran extensión del Imperio ruso.
A partir de 1812 comenzó su declive, tras la fracasada invasión de Rusia y la derrota en España. En 1813 fue vencido en la batalla de Leipzig por una coalición de potencias europeas y desterrado a la isla de Elba en 1814.
Logró escapar de la isla e instauró el Gobierno de los 100 días. En 1815 fue derrotado en la batalla de Waterloo.
Se reinstauró la monarquía con Luis XVIII de Borbón.
4.1 Liberalismo
El liberalismo es un pensamiento político que defiende la libertad individual y la soberanía del pueblo sobre el poder del rey. Propone la limitación del poder mediante constituciones, división de poderes y el establecimiento de parlamentos que crean las leyes. El Estado debe intervenir solo en asuntos políticos, sin influir en la economía o la sociedad.
Aunque el liberalismo impulsó la destrucción del Antiguo Régimen, favoreció a la burguesía, que al llegar al poder buscó mantener el sistema sin cambios. En el siglo XIX, evolucionó desde el sufragio censitario (solo votan las personas más ricas o con mejor posición social) hasta el sufragio universal (votan todos los hombres) en su segunda mitad.
4.2 Nacionalismo
El nacionalismo es la aspiración o movimiento políticos basados en la conciencia de singularidad de un pueblo y encaminados hacia su constitución como nación.
El nacionalismo surgió en Europa durante las guerras de la Revolución francesa y el Imperio napoleónico, fomentando el deseo de unidad o independencia nacional. Existen dos tipos de nacionalismos:
Centrípetos: Buscan la unificación nacional (Alemania, Italia).
Centrífugos: Pretenden independizarse de estados plurinacionales (Bélgica, Grecia, Polonia).
Factores que influyen en los nacionalismos:
Intelectuales: Estudios históricos y lingüísticos para fortalecer la identidad cultural.
Economía: La burguesía impulsa mercados nacionales, como en Alemania o Italia.
Religión: Fue clave en Grecia, Irlanda y Polonia, pero dificultó la unificación italiana y alemana.
Apoyo exterior: Gran Bretaña ayudó a griegos y belgas, mientras que Napoleón III apoyó movimientos nacionalistas en el siglo XIX.
Tras derrotar a Napoleón, las potencias europeas (Austria, Prusia, Rusia
y el Reino Unido) se reunieron en el Congreso de Viena con el fin de restaurar el orden político del Antiguo Régimen, si bien en Francia el absolutismo de reestableció de forma parcial, mediante una carta otorgada.
Sus principios son los siguientes:
- Legitimista. Se derogan las constituciones y se restaura a las monarquías tradicionales en sus tronos sobre la base de los derechos históricos, sin tener en cuenta la soberanía nacional
- Equilibrio internacional. Se establecieron dos sistemas de alianzas para hacer cumplir los acuerdos del Congreso e impedir que cualquier nación llegara a constituir una amenaza para la soberanía de las demás: la Santa Alianza (formada por Rusia, Austria y Prusia en una peculiar forma de unir trono y altar bajo diferentes versiones del cristianismo) y la Cuádruple Alianza (Rusia, Austria, Prusia y el Reino Unido).
- Reaccionario. Se establece una policía internacional antirrevolucionaria. El liberalismo, nacionalismo y la cuestión social quedan borradas por decreto.
- Congresos. Para evitar confrontaciones entre potencias se decide debatir las rivalidades por medio de la convocatoria de congresos
- Intervencionismo. Si consideran que alguno de los anteriores principios se rompe, las potencias se reservan el derecho a intervenir en el plano internacional.
En Viena se reordena el mapa europeo buscando contener la fuerza de Francia. Toda su frontera oriental queda flanqueada de estados-tapón y se intenta simplificar el mapa y mantener un equilibrio entre las potencias continentales:
Mapa de Europa tras el Congreso de Viena. Fuente: https://lacontemporanea.wordpress.com/2018/03/10/el-mapa-del-congreso-de-viena/
Durante más de medio siglo, Austria y Gran Bretaña se interesaron en mantener el equilibrio pactado, mientras que Francia y Prusia buscaron alterarlo para su beneficio.
El descontento popular derivado de los problemas sociales provocados por la Revolución Industrial, tales como los bajos salarios o crisis industriales y financieras, sumado a crisis agrícolas serán los factores que facilitan las explosiones revolucionarias de 1820, 1830 y 1848.
Grecia entre 1821 y 1827 va a mantener su guerra de independencia frente al Imperio Otomano. Desde 1824 los turcos van recuperando el terreno perdido y están a punto de acabar con el levantamiento. El apoyo de Gran Bretaña (que busca controlar los estrechos del Mediterráneo), Rusia y Francia se suman a las acciones de la burguesía, los guerrilleros y las sociedades secretas griegas. En España el intento iniciado por Rafael del Riego (Trienio Liberal 1820-1823) es sofocado por la Santa Alianza
Revoluciones de 1830
La revolución se inicia en Francia por los recortes que realiza Carlos X de los derechos constitucionales de 1814. El movimiento parte de París donde cae la monarquía de carta otorgada y sube al trono Luis Felipe de Orleáns. Desde Francia, pasa a Bélgica que se levanta contra el dominio holandés y se convierte en un Estado neutral bajo la protección de Gran Bretaña, que no quiere que Bélgica se convierta en un estado satélite de Francia. En Polonia la revolución es sofocada de forma violenta por el ejército ruso.
En Gran Bretaña los whig aprovechan el éxito de los revolucionarios de Francia y plantean una reforma electoral en 1832 que amplía el derecho a voto (eliminación de los burgos podridos). Surgen ahora los dos grandes partidos, el whig (liberal) y el tory (conservador), que alternarán en el gobierno hasta la Primera Guerra Mundial.
Revoluciones de 1848
El ciclo revolucionario de 1848 fue el más importante, duradero y amplio de los tres que conoció Europa en la primera mitad de siglo. Afectó prácticamente a todo el continente. Hay que destacar como rasgos más importantes de estas revoluciones:
Las ideas democráticas (soberanía nacional, sufragio universal e igualdad social)l.
Movimiento obrero. En este momento ya hay corrientes anticapitalistas, y las trade union han adquirido fuerza. Definen la propiedad como un robo. Se redacta el manifiesto comunista y surgen grupos anarquistas. La izquierda ha reflexionado y plantea alternativas al fracaso del capitalismo.
Crisis económica. Las malas cosechas de 1845-1846, se unen a una sobreproducción de los sectores textil y ferroviario. Culparán del paro a las máquinas. Las acciones de las sociedades con dificultades de venta se hunden, los bancos no pueden hacer frente a las demandas de crédito y los fondos estatales se han destinado a comprar productos agrícolas.
En Francia se sustituye un gobierno liberal por otro democrático con sufragio universal. Tras las elecciones se opta por una solución moderada: república liberal con Luis Napoleón como Presidente de la República quien dará un golpe de Estado en 1851 para al año siguiente restaurar el Imperio (Napoleón III).
En Austria, a pesar de cierto éxito inicial, las revueltas son sofocadas. En Prusia el rey Federico Guillermo IV tras ciertas concesiones también reprime a los revolucionarios y rechaza la oferta de la Asamblea de Frankfort que preparó la unificación de Alemania en un Estado liberal. En Italia los intentos son sometidos por el ejercito austriaco
En 1850 todo había acabado, y el mapa de Europa no sufrió cambio alguno. Sin embargo hubo dos logros. Una gran potencia, Francia, adoptó el sufragio universal como forma de elección de sus gobernantes. Fueron abolidos todos los vestigios de régimen señorial que quedaban en Europa, salvo Rusia que hubo de esperar hasta 1861 para acabar con la servidumbre.
Unificación de Italia (1859-1870)
Los precedentes se encuentran en los intentos fallidos durante las revoluciones de los años 1820, 1830 y 1848.
Los factores favorables con los que contaba la península italiana eran, un pasado común, una misma lengua, un afán de la burguesía piamontesa de tener un mercado nacional, el apoyo exterior de Francia y Prusia, contar con un hombre fuerte y calculador como Cavour, apoyado por un Estado fuerte como Piamonte. Junto con Cavour, hay que destacar a dos republicanos, Mazzini que será el gran ideólogo y Garibaldi, hombre de acción.
El proceso se desarrolla de la siguiente forma:
•1859. Víctor Manuel II, rey de Piamonte-Cerdeña, y su ministro Cavour expulsan a los austriacos del norte de Italia y se anexionan Lombardía, Parma, Módena y Toscana.
•1860. Garibaldi conquista Nápoles y Sicilia.
•1866. Anexión de Venecia.
•1870. Víctor Manuel ocupa Roma, con la que se integran los Estados Pontificios.
Tras la unificación, Italia se convirtió en una monarquía constitucional con Víctor Manuel II como rey.
Unificación de Alemania (1864-1871)
En 1834 con la Zöllverein se logra la unión aduanera que agiliza el comercio y hace tomar conciencia de nación a los alemanes.
Durante la revolución de 1848 se plantean en la Asamblea Frankfort dos posibles soluciones, la de la Gran Alemania, con todos los territorios alemanes incluidos los que están bajo soberanía austriaca o bien la Pequeña Alemania, renunciando a las zonas austriacas y recurriendo al rey de Prusia. Ante la reacción austriaca que logra dominar todos los estados que se habían rebelado a su autoridad, optan por ofrecer la corona al rey de Prusia que la rechaza. La unificación vendrá de la mano de un Estado fuerte como es Prusia y dirigida por Bismarck, que tuvo una idea clara de las acciones que debía realizar para conseguir su objetivo.
Los factores que favorecen el proceso de unidad nacional son el pasado común, la lengua, la economía después de la construcción de la Zöllverein (1834) y los ferrocarriles (1850). Las fases de la unificación son tres, marcadas por otras tantas guerras:
Guerra de los Ducados (1864). Dirigida por Prusia y Austria para impedir que Dinamarca se anexionase los ducados de Schleswig, Holstein y Lanenburgo.
Guerra austro-prusiana (1866). Prusia derrota a Austria en la batalla de Sadowa. A partir de aquí se formó en torno a Prusia la Confederación de la Alemania del Norte con un Reichstag (Parlamento) elegido por sufragio universal y un presidente, el rey de Prusia.
Guerra franco-prusiana (1870-1871). El canciller publica unos telegramas donde Napoleón III reclama recompensas territoriales a cambio de su no-intervención en la guerra contra Austria. La guerra estallará con la excusa de la candidatura al trono español. Después de la batalla de Sedán, Napoleón III cae prisionero y se proclama la república. El ejército prusiano ocupa París y en enero de 1871 se crea el II Reich (imperio) con el Kaiser Guillermo I. Se incorpora Alsacia y Lorena a la nueva Alemania, por los intereses de militares e industriales.
Tarjetas de memoria para estudiar los conceptos principales
La Revolución Industrial es el resultado de la adopción de un nuevo sistema que supuso la sustitución de la producción artesanal por la realizada con máquinas que requieren fuentes de energía nuevas y aspectos laborales como la división del trabajo, lo que permitirá el tránsito de una situación estática a otra de crecimiento autoinducido. Esta revolución está muy relacionada con la demográfica, la agraria, y de los transportes. Dará lugar a la configuración de una sociedad basada en las clases. En los estratos inferiores surge el proletariado, mientras que como élite se consolida la burguesía. Iniciada en Gran Bretaña en el último cuarto del siglo XVIII, en Europa cristaliza en la segunda mitad del siglo siguiente. Como motor tendrá primero la actividad textil algodonera y después la siderúrgica.
Inglaterra se alza como potencia marítima, lo que le permite aumentar sus exportaciones.
La revolución agraria. Se elimina el barbecho con la introducción de la rotación de cultivos, se combina agricultura con ganadería aprovechando el estiércol como abono,... Con esto se consigue acumular capital que puede reinvertirse en industria y crear un excedente de mano de obra que emigra a la ciudad como proletariado.
La revolución demográfica es debida al crecimiento de la producción agraria, las mejoras sanitarias y de higiene, etc.
Crecimiento de la población de los países pioneros de la industrialización en Europa en comparación con la española. Fuente: Blinklearning
Eliminación de las estructuras económicas del Antiguo Régimen. Progresivamente se van eliminando las trabas gremiales. La Iglesia pierde sus propiedades mediante el proceso desamortizador y las tierras de la nobleza entran en los circuitos comerciales. La servidumbre desaparece definitivamente durante el siglo XIX en toda Europa.
La acumulación de capital de la primera revolución industrial se basa en el capital comercial surgido de la actividad mercantil, y el capital financiero producido en el comercio del dinero.
Avances técnicos en los sectores textil (Kay inventa la lanzadera volante, que permite la confección de tejidos de cualquier anchura. Cartwright inventa el telar mecánico); siderúrgico (además del uso del carbón para la fundición, la producción de acero se generalizará en la segunda mitad del XIX por el invento del convertidor de Bessemer); en química (ácido sulfúrico y sosa). La mejora de la máquina de vapor de Newcomen por Watt.
En el sector de los transportes, la aplicación de las mejoras agilizan el comercio y consecuentemente la producción. El gran invento será la locomotora de Stephenson en 1814, que hace las comunicaciones rápidas y baratas.
En 1822 y 1832 se introducen la construcción de barcos de hierro y el uso de la máquina de vapor y la hélice, aunque los clipper pervivirán muchos años debido al excelente resultado que dan.
Por último existen unos condicionantes ideológicos y políticos para la revolución industrial. Es la era del dominio de la clase burguesa, pero se configura ahora una clase nueva, el proletariado
Gran Bretaña
El arranque será entre 1725 y 1760, pero se consolida en los primeros años del XIX. Aquí se conjugan todos los condicionantes anteriormente expuestos, gracias al espíritu práctico inglés: inversiones en comercio, organización del sistema bancario y la aplicación de soluciones técnicas a problemas concretos. Esto está relacionado con un sistema de gobierno más evolucionado, que da libertad a los individuos para el desarrollo de sus negocios.
En la industria textil se intenta remediar el problema de falta de mano de obra ante la creciente demanda mediante la mecanización. El comercio con la India convierte al algodón en una industria pujante frente a la tradicional lanera. En la búsqueda del abaratamiento de costes y a la agilización del sistema productivo John Kay inventa la lanzadera volante en 1733, y Cartwright la tejedora automática (1785-1787), por lo que los hilados han avanzado más deprisa en esos años que los tejidos. La mecanización de las labores textiles supone la desaparición del taller doméstico y la aparición de la fábrica.
La industria siderúrgica se desarrolla en este momento debido a que la falta de madera procedente de los bosques empuja a emplear el coque (un tipo de carbón). Se empiezan a concentrar todas las fases de la siderurgia en torno a las minas de carbón. La aplicación de este mineral a la máquina de vapor, así como para la obtención del acero. La producción siderúrgica recibe el empuje definitivo en el segundo tercio del siglo con la construcción de ferrocarriles, sector en el que Inglaterra toma la delantera, con la construcción de ferrocarriles desde 1830. Unido a la red de carreteras y canales, abarata el intercambio de mercancías. En la navegación la generalización del vapor es lenta, pero ya en 1900 el 75% de los barcos son de vapor. Establece Inglaterra el dominio del mar y la construcción de su imperio, fundamental para su desarrollo industrial.
Mapa del Imperio británico en 1886. Las zonas sombreadas en color rosa indican las posesiones, mientras que las líneas las rutas marítimas. Fuente: Wikipedia
Francia
Los avances técnicos e industriales hacían suponer un desarrollo similar al inglés, pero allí fue anterior la revolución social. El colapso económico de 1789 se prolonga hasta 1830, por lo que Francia no entra en el proceso industrial hasta el Segundo Imperio (1852-1870). En la industria textil siempre irán por detrás. En la siderurgia, no se produce la apremiante necesidad de sustituir la madera como combustible, ya que los bosques eran abundantes, y no había mucho carbón. En 1860 los hornos de coque son menos que los de carbón vegetal. A fines de siglo si se ponen a la cabeza de la producción de acero, al introducir el método Bessemer. La industria química cuenta con importantes investigadores. Destacan en la industria del gas, y en la de sosa con el método Leblanc.
Alemania
Al comenzar el siglo XIX se encuentra Alemania dividida en numerosos estados, con estructuras muy ancladas en el pasado. Las manufacturas aún dependen de los gremios y el sector agrario es el más importante. Tras las guerras napoleónicas se trastoca todo el orden y desde 1825 se van instalando industrias al amparo de la debilidad gremial. Pero en 1840 el retraso es aún grande, y la organización bancaria aún sin desarrollar.
El Zollverein en 1834 activa el comercio y consecuentemente la producción, al tiempo que comienzan al formarse grandes empresas. Hay una mejora de los transportes: canales y ferrocarriles. La red ferroviaria se inicia en 1836, y para 1870 ya supone 18.800 kilómetros. Esto unido a la navegación a vapor por el Rin, activa el comercio y acelera la instalación de industrias.
En el sector textil se consigue en 1860 cubrir la demanda nacional. La concentración empresarial será una característica de esta industria. En la metalurgia habrá un gran empuje a partir de 1850, con importantes industriales, entre los que destacaríamos a la familia Krupp, cuyas fábricas llegarían a monopolizar la fabricación de cañones en Europa. La compra de material y la colaboración de técnicos ingleses fue fundamental. La siderurgia alemana creció rápidamente por la creciente demanda de los constructores de ferrocarriles. Destacan también la industria química. En 1867 se pone en marcha el primer motor a gas. Entre los industriales de material eléctrico destacan Siemens o Bosch.
A partir de 1870, con la unificación alemana terminada se interconectan mejor las zonas industriales y los yacimientos, a lo que se suma el capital procedente de las indemnizaciones que paga Francia tras la derrota de Sedán y el impulso para fomentar la industria por parte del Gobierno de la recién nacida Alemania. Se produce la modernización y concentración de la banca, que llega a conceder créditos incluso fuera de sus fronteras. Alemania consigue ponerse a la cabeza de Europa en buena parte de los sectores industriales. Destaca su concentración empresarial, que lleva a la formación de cárteles, asociaciones de grandes empresas de un sector que se ponen de acuerdo en la regulación de precios para copar el mercado.
Rusia
En este enorme imperio la industrialización es tardía y lenta, las infraestructuras muy deficientes, el sistema agrario medieval, industria artesanal rural dispersa y escasez de capitales. El zar Alejandro II moderniza el país mediante la construcción de la red de ferrocarriles con líneas como el Transiberiano que facilitan la colonización de Siberia, decide abolir la servidumbre, permite la entrada de capital extranjero (alemán y francés sobre todo), restablece elaciones comerciales con Europa, aunque mantiene cierto proteccionismo. A partir de los 80 se acelera la industrialización.
Fuente: El Orden Mundial
España
La industrialización en España va a ser irregular en su evolución cronológica, distribución geográfica y por sectores. A pesar de que en el siglo XVIII se estimuló la producción mediante las fábricas reales y existía un amplio mercado colonial y existía una emergente burguesía que entroncaba bien con las aspiraciones de una monarquía reformista ilustrada, factores negativos lastraron la industrialización española:
La guerra de Independencia arruinó la economía española y provocó la pérdida del mercado americano, lo que supuso que la economía española estuviese compuesta por mercados inconexos y centrados en la producción de bienes básicos.
Vaivenes políticos provocados por pronunciamientos militares que forzaban el cambio de Gobierno o las guerras carlistas.
La desamortización de la tierra supuso el desvío de los caudales burgueses hacia la propiedad rústica (grandes fincas sobre todo).
El Estado dedicó sus esfuerzos a reducir la deuda pública que generaba constantemente, con lo que hasta mitad de siglo no hizo gasto ninguno que supusiera demanda para la industria
Al no haber una revolución agrícola importante previa, no se generan beneficios que invertir en la industria española. Los capitales serán principalmente extranjeros y después públicos.
El campo no libera mano de obra, la cual por otra parte tampoco demanda la inexistente industria. La mayoría de la población, dedicada a la producción agrícola vivía en niveles de subsistencia, no tenía acceso a la oferta de productos manufacturados.
El origen de la industria siderúrgica española lo tenemos en Marbella y Málaga, con hornos alimentados con carbón vegetal. En la mitad del siglo, nacen los primeros altos hornos en Asturias, en torno a una abundante producción de carbón mineral. En la segunda mitad del siglo XIX serán los altos hornos vizcaínos los que vayan tomando la delantera, gracias a las minas de hierro. En Vizcaya el hierro se exportaba a Inglaterra y los beneficios de este comercio se invirtieron en la industria. Esta burguesía industrial será la que más adelante funde los Altos Hornos de Vizcaya y después el Banco de Bilbao y Banco de Vizcaya. La Ley de Ferrocarriles de 1855 será la gran oportunidad perdida para el despegue definitivo de la siderurgia, porque permite la importación de material extranjero, que era mucho más barato.
En la industria textil quienes llevarán la delantera serán los industriales catalanes. Desde 1832 los fabricantes catalanes de hilados y tejidos usan el telar mecánico y la máquina de vapor como fuente de energía motriz.
Uno de los graves problemas en este período es la aplicación de aranceles a los productos que se importan de otros países. Los liberales moderados optaron por el proteccionismo para defender los intereses agrícolas, provocando la nula reconversión del sector agrario español, ligado a los bajos rendimientos de la producción de trigo. Los liberales progresistas defendían la bajada de aranceles, que perjudicaba a los fabricantes de productos elaborados, porque los ingleses invadían los mercados con productos más baratos y de igual calidad.
En la segunda mitad de siglo XIX comienza a articularse el mercado interior. En 1848 se comienza la construcción del ferrocarril que permite conectar los distintos mercados nacionales, situación que facilita la bajada del precio del pan y que las manufacturas peninsulares puedan circular por toda España. Antes era frecuente que fuera más barato traer por mar algo de Inglaterra que comprarlo en otra región española. La población reduce su gasto en productos básicos y comienza a demandar otros productos, con lo que la industria y el comercio comienzan a crecer.
Estados Unidos
En este país la industrialización se acelera después de la guerra de Secesión, de forma que a fines del XIX a ser una gran potencia.
Aunque hubo una serie de obstáculos para el despegue industrial como la escasez de población y el reducido consumo, la carencia de capitales pues están inmovilizados en tierras, una desorganización inicial del sistema bancario, falta de técnicos, o la distancia entre las distintas zonas del país, otro conjunto de factores facilitaron el desarrollo industrial norteamericano, entre los que se encuentran:
Un deseo de autarquía, por lo que se apoya toda nueva instalación productiva y se implanta un fuerte proteccionismo.
Existencia de recursos naturales, entre los que se encontraban el petróleo, el hierro, el carbón, etc.
El progresivo aumento de un mercado interior que se irá comunicando con la construcción del ferrocarril, instalado por compañías inglesas que compiten ferozmente. El primer transcontinental se termina en 1869.
La rápida aplicación de las innovaciones técnicas (aportada por firmas europeas que montan sus filiales), los nuevos sistemas de trabajo.
La llegada de olas de inmigrantes que compensan la falta de población.
El problema del capital se solventa con la inversión extranjera, sobre todo desde los 60, y la aportación de las grandes fortunas nacidas de los prósperos negocios y el oro de California y Colorado. En este aspecto habría que resaltar también carácter emprendedor de los hombres llegados allí, que da lugar a fuertes concentraciones empresariales de tipo vertical y horizontal, formándose los trusts.
El resultado de la confluencia de todos las variables mencionadas se traducen en un crecimiento fulgurante, una concentración geográfica, técnica, económica y financiera, así como una gran diversificación sectorial, producción en masa con gran productividad. Al igual que Inglaterra llevó la delantera en la primera revolución industrial, la segunda fase de la Revolución Industrial la lidera Estados Unidos.
Primer vuelo de los hermanos Wrigth en 1903
Thomas Alva Edison prueba una lámpara incandescente que se mantiene brillando 48 horas.
Japón
El punto de partida será la Revolución Meijí, que a partir de 1868 intenta imponer un orden nuevo. El principal problema será la carencia de materias primas para la siderurgia y la escasez de capitales y técnicos. Se solucionará con una eficiente organización por parte del gobierno y el duro sistema fiscal al que se somete al campesinado. Se traen técnicos europeos y los japoneses viajan para formarse. El capital se saca del ahorro nacional y de préstamos extranjeros que se dirigen a los zaibatsu (la actual Mitsubishi fue una de estas corporaciones), grupos familiares, paternalistas y jerarquizados, que concentran numerosas empresas.
La industria textil se basa en la seda, que se produce allí y el algodón, que se consigue en el mismo ámbito asiático. Con maquinaria europea, antes del fin de siglo, superan las cotas de producción de su mercado interior, iniciando un proceso de expansión por lo que consideran su ámbito natural en Asia. La siderurgia comienza de forma más lenta por la grave escasez de recursos, si bien en los noventa sya se instalan acerías de horno eléctrico.
LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
El proceso es liderado por Estados Unidos y Alemania. Se produce un cambio en la producción por varios factores: introducción de la electricidad y los hidrocarburos, el montaje en cadena y la mundialización de la economía.
Electricidad. Esta fuerza solo fue posible utilizarla en el momento en que se descubren el acumulador, la dinamo, el alternador y el motor eléctrico. Se crea un sistema más flexible que el de la máquina de vapor. A fines de siglo se abaratan los costes de la electricidad, con lo que va sustituyendo al vapor. El período se caracteriza por el descubrimiento de innumerables aplicaciones.
Hidrocarburos. Serán punto fundamental como fuente de energía y materia prima el petróleo y el gas natural. La investigación consigue gran número de productos a precios bajos. Se cubre rápidamente la demanda de combustible.
Nuevos medios de transporte. El petróleo y la electricidad propiciaron nuevos medios de transporte y renovaron los antiguos. El éxito del automóvil radica en el motor de combustión interna de dos tiempos que aplica Benz en 1885 a un triciclo. El uso de un combustible barato, la gasolina, en lugar de los caballos. La industria del automóvil pronto se organizó en factorías, convirtiéndose en un producto de consumo. El coche vence al tren en trayectos cortos y quebradizos. El avión se convierte en una industria importante en los años veinte, y se consolida durante la Segunda Guerra Mundial. Será el transporte de los grandes países nuevos con ferrocarriles poco desarrollados, y el medio de las relaciones intercontinentales. La industria naval se renueva con la introducción de la turbina y los nuevos combustibles.
Se multiplica en número de mercancías, y se abren los canales de Suez y Panamá, dando un gran impulso a las flotas mercantes. Los ferrocarriles incorporan los hidrocarburos y se electrifican. Todo responde a una nueva sociedad mercantil que ha industrializado el comercio.
Se generalizan nuevas formas de comunicación, entre las que se encuentran el teléfono (inventado por Meucci y desarrollado por Bell, Edison y Gray años después). En 1887 el alemán Heinrich Herz demostró la existencia de ondas electromagnéticas que permitieron el desarrollo de la telegrafía, y, posteriormente, la radiodifusión (lanzada definitivamente con la fabricación de receptores de radio barato por la empresa Westinghouse), y la televisión.
Aparecen novedosos sistemas de producción. El montaje en cadena ideado por Ransom Eli Olds y perfeccionado por Ford para hacer posible la producción masiva (Ford, además subió el sueldo a sus empleados con el fin de que pudiesen comprar los automóviles que ellos mismos fabricaban). La administración científica del trabajo o taylorismo (por Frederick W. Taylor), técnica consistente en reducir los movimientos inútiles y controlar el tiempo de producción para aumentar la eficiencia.
Surgió el capitalismo industrial y financiero. Muchas empresas para crecer tuvieron que captar capital por medio de su transformación en sociedades anónimas. Al tiempo, otras tendieron a la concentración vertical (fusión de empresas complementarias en un proceso productivo) u horizontal (fusión de empresas dedicadas a la misma actividad).
Tiene lugar una mundialización de la economía debido a la concentración empresarial y el capitalismo financiero que permitió el flujo de capitales a nivel internacional. El comercio creció notablemente, y se desarrolló un sistema monetario basado en el patrón oro.
Este contexto económico dio lugar a la división internacional del trabajo entre países industrializados que controlaban capital y tecnología, y los que aportaban materias primas, mano de obra y alimentos.
TERCERA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL
Después de la Segunda Guerra Mundial podemos fijar el inicio de una nueva fase en el proceso de industrialización. Aparece una nueva fuente de energía, la nuclear, que estará acompañada desde sus orígenes de una fuerte controversia y, por momentos, gran rechazo social. Tanto por su uso en el terreno militar, como por la amenaza que supone para el hombre la contaminación que puede provocar en caso de accidente y la peligrosidad de sus residuos. Con las crisis energéticas de los años 70, los gobiernos se plantean buscar alternativas al consumo de combustibles fósiles. Se desarrollan a partir de los 90 las llamadas energías alternativas, entre las cuales destaca la eólica y la solar, aunque el predominio del petróleo continúa entrado el siglo XXI.
A la vez surgen nuevos materiales, muchos de ellos sintéticos. El plástico, derivado del petróleo, presenta como ventajas el ser maleable, teñible con facilidad y susceptible de distintos grados de dureza (desde la silicona hasta la baquelita). El aluminio sustituye al acero e incluso al cobre, por su especial resistencia frente a la corrosión, su conductividad y ligereza. Su producción a lo largo del primer tercio del siglo XX se multiplicó por cien, y hoy en día se emplea para la construcción de edificios o de vehículos de transporte.
En los transportes se generaliza el uso del avión, que llega a convertirse en el medio casi exclusivo de transporte de personas entre continentes. A la vez se renueva el ferrocarril con los trenes de alta velocidad a partir de los años 70, siendo el medio idóneo para las distancias medias. El automóvil sigue siendo uno de los motores del desarrollo económico.
Los mayores cambios se dan en las comunicaciones. A la radio, se une la televisión, que inicia un desarrollo vertiginoso en los años 60, llegando a configurar enormes concentraciones empresariales que trascienden más allá del ámbito audiovisual, entrando en el negocio de la radio y la prensa. Los ordenadores e internet son la verdadera revolución de final de siglo.
La construcción de ordenadores es posible gracias a los descubrimientos de físicos y matemáticos en los campos del cálculo y la electrónica. Se consideran varias etapas o generaciones en la historia del computador. En los años 50 los computadores son con cables, válvulas y núcleos de ferrita para la memoria. Eran muy costosos de construir, mantener y programar. Se les llama ordenadores de primera generación. En los años 60 se sustituyen los cables por placas impresas, las válvulas por transistores y los núcleos de ferrita por biestables. El coste y volumen se reduce a la décima parte. Son ordenadores de segunda generación. Los años 70 son la revolución de los semiconductores de silicio, se inventa la microfilmación para grabar circuitos impresos y se crean los chips. Cada componente del ordenador estará en una placa que contendrá los Chips necesarios. Cada chip es capaz de contener hasta 1.000 transistores. De nuevo, la velocidad aumenta, el coste y el volumen de los ordenadores se reduce a una décima parte. Se trata de los ordenadores de tercera generación. Los años 80 suponen el “boom” de los microprocesadores. Las nuevas tecnologías vuelven a reducir el tamaño de los componentes. Los chips son capaces de almacenar 10.000 y hasta 100.000 transistores. En 1982 IBM saca al mercado el primer ordenador personal o PC (Personal Computer). A partir de aquí los ordenadores se convierten en un elemento cotidiano en las casas, de forma completa en los años 90.
En los años 60 aparecen las primeras redes de ordenadores, que serán de dos tipos: LAN o Red de Área Local y las WAN o Red de Área Extensa. La primera WAN será Arpanet, que conecta los cuatro ordenadores del departamento de defensa norteamericano empleados para el control de armamentos. En los 70 se incorporaron a la red las universidades para que los investigadores ocupados en temas afines pudieran estar en contacto directo de forma rápida. En los 80, con la aparición del ordenador personal, todo tipo de personas tiene acceso a esta red, popularizada con el nombre de Internet. El volumen de información que se mueve por la red se ha aumentado de tal forma, que se han ido sustituyendo las líneas telefónicas convencionales por redes RDSI y ADSL que permiten el tránsito masivo de datos.
Aunque se ha producido una terciarización de la economía, y una reducción simultánea de los trabajadores y la riqueza en torno a la industria, hay que precisar los datos. Muchos de los empleos del sector servicios están vinculados de forma directa a la industria. La destrucción de empleo industrial en el primer mundo ha sido a la vez que se aumenta, y en mayor medida que se destruye, el empleo industrial en el Tercer Mundo.
La sociedad de clases
En este periodo de la historia en el la industrialización determina el establecimiento del liberalismo político y económico, tiene lugar el desigual reparto de la riqueza, un crecimiento urbano y unos cambios culturales y de mentalidad que provocaron la aparición de la sociedad de clases y del movimiento obrero.
Entre los rasgos que caracterizaron a la estructuración social (sociedad de clases) a partir de ahora estarían:
Era posible la movilidad porque la riqueza determinaba la pertenencia a una u otra clase.
Clases populares y trabajadoras se dedicaban fundamentalmente a actividades agropecuarias. La clase obrera vivía en los suburbios de las ciudades y trabajaba en las fábricas en condiciones laborales muy duras.
Clase media: profesionales liberales urbanos y rurales (médicos, notarios, abogados…), hombres de negocios, medianos propietarios de tierras, obreros especializados.
Clase alta: antigua aristocracia terrateniente y familias burguesas. Aumentaron sus beneficios con la industrialización.
Respecto al papel de la mujer, decir que en el mundo rural, siguieron teniendo una función importante, mientras que en las ciudades trabajaban en el servicio doméstico, el pequeño comercio, lavanderías, todo tipo de industria alimentaria y en la nueva industria textil. Estaban discriminadas laboralmente y cobraban un salario inferior al del hombre por el mismo trabajo.
El movimiento obrero
El crecimiento demográfico y los nuevos sistemas de organización del trabajo empeoraron el nivel de vida de la clase trabajadora en la primera mitad del siglo XIX.
Entre los primeros movimientos relacionados con el movimiento obrero se encuentran:
Ludismo (1811-1816): canalizó la primeras protestas en el Reino Unido por el descontento de los artesanos ante la introducción de las máquinas en el proceso productivo.
Cartismo (1838-1848): primera expresión política del movimiento obrero. En la Carta del pueblo, documento enviado al Parlamento británico, reivindicaba el derecho al voto universal masculino y el voto secreto.
A estas iniciativas habría que sumar las aportaciones de los socialistas utópicos, quienes denunciaron la desigualdad provocada por el proceso de industrialización. Fueron denominados socialistas utópicos por la naturaleza de sus propuestas.
Henri de Saint-Simon (1760-1825): redistribución racional y equitativa de la riqueza por parte del Estado.
Charles Fourier (1772-1837): cooperativas autosuficientes frente a la industria de tipo capitalista, basada en la explotación de la clase obrera.
Robert Owen (1772-1837): introdujo en su fábrica textil de New Lanark mejoras en las condiciones laborales de los obreros (salarios más altos, mejores viviendas y acceso a educación y sanidad).
Flora Tristan (1803-1844): defendió que todos los seres humanos nacen libres. Sus ideas darían lugar al feminismo marxista.
Pierre-Joseph Proudhon (1809-1865): criticó la acumulación de la propiedad, que consideraba injusta y antisocial.
El movimiento obrero se desarrolló con fuerza durante la segunda mitad del siglo XIX. El marxismo y el anarquismo le dieron una base ideológica.
Marxismo. Teoría política y económica, formulada por Karl Marx y Friedrich Engels
en Manifiesto comunista (1848) y El capital (1867). Para implantar una sociedad igualitaria, sin clases, propone la dictadura del proletariado y una economía comunista (el Estado controla la propiedad y medios de gestión).
Anarquismo. Basado en utopías igualitarias del siglo XVIII y propuesto por Bakunin y Kropotkin, defiende la libertad del individuo por encima de cualquier tipo de autoridad. Propugna la abolición de la propiedad privada y la desaparición del Estado.
Abolir. Anular, derogar o declarar nula (una ley, una norma o una costumbre). Pedían que el Parlamento aboliera la pena de muerte. Ej. "No se ha conseguido abolir las diferencias entre las dos razas".
Autarquía. Política económica marcada por el intento de una autosuficiencia económica estatal y evitar la dependencia de las importaciones. El general Francisco Franco intentó crear un sistema autárquico en la primera fase de su dictadura (1939-1950) en España.
Cártel. Conjunto de empresas similares que tienen un convenio para evitar la mutua competencia y regular la producción y los precios en determinado campo industrial. Muchos países acusaban a la organización de constituir un cártel del sector petrolífero.
Desamortización. Ley por la que se destruye la vinculación de los bienes inmuebles, ya sean civiles (mayorazgos), eclesiásticos o públicos (del Estado o Ayuntamientos). Significa quitar las propiedades a las "manos muertas" y convertirlas en propiedades privadas. En España las más importantes son: Mendizábal (1836) y Madoz (1854).
Eficiencia. Capacidad de disponer de alguien o de algo para conseguir un efecto determinado.
Liberal moderado. Persona que es partidaria de la igualdad ante la ley, de la elaboración de una constitución donde se recoja la división de poderes y un sistema representativo. Era partidario de un sistema electoral muy censitario, con un poder ejecutivo del rey muy amplio y de una administración central preeminente. Además defendían una política de "orden" y económicamente proteccionistas. Se desarrolla a partir de 1837 y es propia de la oligarquía terrateniente. Su representante máximo es el general Narváez (1837-54).
Liberal progresista. Persona que es partidaria de la igualdad ante la ley, de la elaboración de una constitución donde se recoja la división de poderes y un sistema representativo. Era partidario así mismo de un sufragio censitario amplio, del desarrollo de las libertades individuales, de un poder real débil y económicamente librecambistas. Su máximo representante será el general Espartero presidente del Gobierno en 1835-37 y 1854-56. De este grupo surgirán los demócratas y los liberales radicales, que tendrán gran importancia en la I República (1874) y en la Restauración (1875-1923).
Metalurgia. Conjunto de técnicas que permiten extraer los metales de los minerales que los contienen. Ej. "La metalurgia ha ido perfeccionándose con el paso de los siglos".
Proteccionismo. Política de protección de la producción nacional contra la competencia de productos extranjeros (ej.: "El proteccionismo grava con altos aranceles los artículos de importación"). También se denomina así a la doctrina en que se basa. (ej.: "El Gobierno es adepto al proteccionismo").
Siderurgia. Conjunto de técnicas y operaciones que permiten la extracción del hierro y la elaboración industrial de sus derivados. Ej. "El desarrollo de la siderurgia hizo posible la obtención de materiales como el acero".
Durante el reinado de Carlos IV, España vivió una profunda crisis influida por la Revolución francesa. Tras una postura de censura a las ideas revolucionarias del primer ministro Floridablanca y de apertura de su sucesor, el conde de Aranda, la política de Godoy (que sustituye a Aranda en el gobierno del país) fue de apoyo a las potencias absolutista inicialmente contra la Francia revolucionaria con fatales consecuencias, pues la derrota ante las tropas francesas acarreó pérdidas territoriales (actual Haití) y forzó a un cambio de alianzas, esta vez con con Francia, y en contra del Reino Unido. El resultado fue que la potencia naval británica derrotó a la coalición franco-española en batallas como la de Trafalgar, lo que causó el corte de las comunicaciones con las colonias americanas.
La vinculación a la política gala (francesa) culminó en el Tratado de Fontainebleau (gobernando ya Napoleón, en 1807), que permitió la entrada de tropas francesas en España. Esto provocó el Motín de Aranjuez y la abdicación de Carlos IV en favor de Fernando VII. Sin embargo, Napoleón forzó las abdicaciones de Bayona, imponiendo a su hermano José I como rey, y la promulgación del Estatuto de Bayona con apoyo de los afrancesados, frente a la oposición de los patriotas.
El 2 de mayo de 1808, el pueblo de Madrid se levantó contra los franceses, marcando el inicio de la guerra de la Independencia, divisible en tres fases:
Un cierto éxito inicial (mayo-agosto de 1808): el ejército francés intentó ocupar las principales vías de comunicación desde la frontera gala hasta Lisboa, Sevilla y Cádiz, si bien el hecho más destacado de esta fase tuvo lugar en el sur, donde el ejército español venció al francés en Bailén.
Reacción francesa y guerra de guerrillas (fines del verano de 1808-1812): Napoleón interviene directamente y se producen las victorias galas de Somosierra y Ocaña. La forma de resistencia más significativa que encuentran las tropas napoleónicas será la guerra de guerrillas, a la que se sumará la abundante orografía (relieve montañoso) peninsular.
Ofensiva angloespañola y final de la guerra (1812-1813): con la ayuda de Wellington, los aliados vencen en Los Arapiles, Vitoria e Irún, forzando el Tratado de Valençay (diciembre de 1813) y el regreso de Fernando VII.
Las consecuencias fueron devastadoras: pérdidas demográficas (muertes, descenso de nacimientos, económicas (bancarrota, parón productivo), que se sumaron al comienzo de la emancipación de América Latina.